DEMOSLE VOZ A LAS CRIANZAS
Con motivo de la celebración del Día del Orgullo LGTBI, el Ayuntamiento de Cedeira quiso escuchar a las crianzas. Dejamos hablar a niñas y niños sobre amor, cuidados, y de cómo cada familia es única. Los contaron que el importante no es quien está, sino como se está, se hay abrazos, tiempo para jugar, palabras bonitas y alguien que acompañe cuando hace falta.
El resultado de este trabajo son tres vídeos que difundimos en las redes sociales del Ayuntamiento, y que puedes ver y escuchar aquí también.
NACEMOS SIN PERJUICIOS
Porque las crianzas en los primeros años de vida no distinguen entre razas, género ni tipos de familia. Todo lo que aprenden, lo hacen desde su entorno, desde sus vínculos, desde sus modelos afectivos, desde los mensajes explícitos e implícitos que reciben, desde los ejemplos cotidianas de las palabras que escuchan y de las emociones que reciben.
La neurociencia lo confirma. El amor, la empatía y la capacidad de aceptar la diversidad son cualidades humanas que florecen en un ambiente seguro y respetuoso. Referentes como John Bowlby, pionero en la teoría de la apego, demostraron que los vínculos afectivos tempranos determinan la manera en la que nos relacionamos con el mundo.
Nils Bergman, desde la neurociencia perinatal, explica que el cerebro de la criatura está diseñado para la conexión y la cooperación. Ibone Olza, psiquiatra perinatal, recuerda que los primeros años de vida son clave para sembrar el respeto, la compasión y el sentimiento de pertenencia. También nombraron familias diversas, sin juicios ni etiquetas y todas valiosas.
FAMILIAS HAY MUCHAS. EL AMOR ES EL MISMO
Una amiga que tiene los padres separados, y la madre tiene un joven y el padre también tiene otro joven. Las que ven más la tele y mismo la de los reptiles y la de los anfibios. Cuando les preguntamos a las crianzas que tipo de familias conocen, sus respuestas los dicen algo poderoso.
No perciben diferencias que separen, sino detalles que hacen única cada convivencia. El evidente es que para ellas una familia no se define por la estructura, sino por los vínculos, por los cuidados y por los pequeños detalles que las hacen únicas. No hay juicios, ni jerarquías, ni etiquetas, solo vida compartida y afecto construido día a día.
La ciencia no deja espacio para la duda. El obstáculo y el investigador Michel Oden recuerdan que el sistema nervioso humano nace listo para la conexión y la cooperación. Cristina Cortés Viniegras habla de una neurobiología del vínculo, que teje a través del contacto y la seguridad emocional.
Y por su parte, Isabel Fernández de el Castillo destaca que las primeras experiencias marcan la forma de ver el mundo y de sentirnos en él. También dejaron claro que respetar es importante. Y también que se puede aprender, ya que podría ser el fin del mundo hoy mismo se nos tratáramos todas mal.
EL PRINCIPAL ES EL RESPETO
Las crianzas hablan claro. El respeto se construye desde los pequeños gestos, los que hacen sentir que todas las personas tienen un lugar donde ser, sin miedo. Adolfo Gómez Papí insiste en que una crianza respetada crecimiento para ser una adulta que respeta.
Educar no es imponer normas, sino acompañar desde el vínculo y la compresión. Además, los recuerdan Ibone Olza, el respeto no se enseña desde el miedo ni desde la obediencia, sino con el ejemplo diario, con la mirada que reconoce y con la palabra que acoge. En este mismo sentido, Casilda Rodrígáñez defiende que nacemos con un potencial amoroso natural, que es reprimido desde la infancia, y si no se censura, el respeto, el cuidado y la aceptación emergen de forma espontánea.
Se queremos un mundo más justo, tenemos que cultivar el respeto como se cultiva la empatía, a través de la presencia, del ejemplo y de la palabra venida.
Por lo tanto, con motivo del Día del Orgullo del Ministerio de Igualdad de Cedeira, queríamos hacer algo simple pero profundo, escuchar a los niños, proteger su aspecto y aprender con ellos. Y sin duda me doy un mensaje muy claro: nacemos sin prejuicios y podemos crecer sin ellos.
Se lees damos voz a nuestras crianzas, descubrimos un mundo más justo, amoroso, y con la libertad de ser y sentir.